En dias como el de hoy donde cosas espectaculares y oras no tan espectaculares pasan se convierte en difícil el ejercicio de no juzgar y alejarme de la esclavitud del ego. No sentirme ofendido por las cosas me rodean, es difícil básicamente porque tengo 30 años aprendiendo a hacerlo. No habia visto otra forma de vivir, ahora que entiendo muchas otras, y quiero alejarme, me cuesta un poco.
El ego nos hace compararnos, es lo que nos hace sobrevivir y dejar de vivir como merecemos. Le damos importancias a cosas banales, como el carro que tenemos, el puesto en las empresas o quizá cuanto dinero tenemos en la cuenta. Son las cosas que alimentan el monstruo de 1000 cabezas que llamamos ego, sin fruto alguno mas que el sufrimiento por desear mas y mas. Mientras mas tenemos mas queremos. Por ende nos gastamos la vida buscando formas de satisfacer esas necesidades, que son importantes pero no las principales.
Pasamos en contraste el mas mínimo de los tiempos, cultivando nuestro espíritu, nuestro ser interior. Lo que somo, muy dentro a nivel del alma y del espíritu.
Al final, no somos, ni nuestro carro, ni nuestro cargo, ni el dinero en la cuenta. A la final solo somos lo que somos. Te imagina que fácil el mundo si la felicidad se midiera de otra manera que no fuese material? Yo busco el bliss, la felicidad perfecta, en mi mente en mi espíritu, y espero que el sitio donde reside se encuentre muy lejos del concepto de felicidad material que conocemos.
"Mientras una persona siga creyendo en sí misma, es decir, en la suficiencia de su propio ego para dirigirle hacia una existencia en paz, alegría y libertad, nunca podrá ser liberada. Mientras una persona piense que su ego consciente tiene el control total de su vida y que él solo puede manejarse con el fracaso y el éxito, nunca podrá ser libre. El ansioso ego y el Espíritu (La Naturaleza de Buda) son entidades mutuamente excluyentes. Donde está uno no puede estar el otro".
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