viernes, 18 de marzo de 2011

Inconforme...

Noches de noches y esta. Después de una hermosa semana de exitos, logros y bonitos recuerdos, hoy me siento inconforme. Como si faltara algo, como si aun no hubiese llegado a tener todo lo que me hace falta, para sentirme como me quiero sentir.

Peor aún, estoy empezando a pensar, que llegar a ese, digamos, "sitio" perfecto, donde todo esta bien, donde todas las piezas del rompecabezas calzan perfectamente, no existe. Mas que un sitio o una llegada, es un trayecto, y hasta me atrevo a decir que puede durar solo un momento.

Nos enseñaron mal. A la felicidad no se llega. La felicidad es, ese conjunto de momentos, de recuerdos que vamos atesorando en nuestras vidas. Momentos que pueden durar lo que dura un beso, o una mirada, o la risa de tu hija cuando apenas tiene 8 meses. Son de esos momentos de los que deberíamos de estar pendientes de acumular y no seguir esperando, a que quizá en el final de nuestros dias, logremos sentirlo.

Yo vivo por estos momentos. Yo digo mis te quieros y mis te amos rapidito y sin espera. No hay que tener argumento mas que sentirlos, sin tantos dramas y complicaciones. Alguien me decía una vez que la vida es simple, nosotros nos empeñamos en complicarla. Buscamos limites donde no los hay, e inventamos reglas absurdas para justificar lo que no necesita justificación. Nos olvidamos de vivir, mientras seguimos esperando que la razón se encargue de explicar el porque de cada cosa que nos pasa en nuestras vidas. Hace tiempo entendí que todo pasa por la unica y simple razón de que tiene que pasar. Nadar contra esta corriente, es como querer subir el Salto Angel en un bote de remos.

Es buena la inconformidad, esa que busca mejorarte, que te reta a ser más y mas feliz. Que te genera hambre por nuevos momentos mágicos para ser escritos en las paginas del libro de aventuras de tu vida. Desear mas, no tiene nada de malo, siempre y cuando sepamos agradecerlo todo, tal y como llega.



Cuando callamos nuestros pensamientos, y logramos estar en silencio, podemos conectarnos con lo que sentimos y no con lo que pensamos. Nos quitamos de encima el lastre de todas aquellas creencias impuestas sobre nosotros por generaciones y generaciones de errores y falsas percepciones. Cuando empezamos a guiarnos por las neuronas que habitan en el corazón y no el el cerebro, se dibuja un mapa en nuestras almas, que nos dice hacia donde debemos caminar. Yo opté por seguir ese mapa. Yo si quiero una vida llena de bonitos recuerdos. Yo si quiero historias que contar, aventuras que escribir y momentos que no se olvidan. No mañana ni despues, los quiero aqui y ahora.

Quiero dedicar mi vida a ser feliz, y hacer feliz. No es eso de lo que se trata nuestra existencia? Cual otro motivo pudiera tener? A la final, todo va a estar bien.

Somos tan efímeros como un suspiro, y nuestra fragilidad se hace evidente con el paso de los días. Hoy estamos mañana no. Que esperamos entonces?




2 comentarios:

  1. guao que belleza....me identifique mucho con este post!! ademas los buenos momentos son los que permanecen en nuestros recuerdos definitivamente

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  2. Coincido contigo, somos efímeros así como esos momentos de felicidad. La vida es solo una, a gozarla!

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