En un dia como cualquiera, el mundo se empezó a ver como deberíamos haberlo visto hace muchísimo tiempo. Por primer vez los humanos abrieron los ojos a un sitio que a pesar que estaba en frente de sus narices, jamás habían visto. Aquí lo que se respiraba era paz, nada los hacia sufrir. No habia necesidad de ser bonito o feo, de tener dinero o ser pobre, porque lo que importaba no era esa. El amor no tenia reglas, la única regla era amar. Incluso el amor era opcional porque el mundo era tan perfecto que tampoco se necesitaba. En este mundo solo eras, no importa que ni porque, eras y ya.
Las cosas triviales de la vida, como el poder, eran imperceptibles. El trabajo era solo un recuerdo del pasado. Se trataba de un mundo donde dejabas atrás el sufrimiento, te despegabas de todo, y solo decidías ser tu, como fuese que fuera, solo tu. Y al ser tu eras todos, y por ende sentías lo que todos sentían, eras lo que todos eran. Aquí no habia comparaciones, no habia competencia, no hacia falta, porque nadie quería ser diferente a lo que ya era.
En este mundo si te hacia falta creabas tus propias realidades, eran a la medida, basadas en todo lo que deseabas que estuviera presente. En este mundo entedias que tu eras el creador, y por eso, no creias en otros Dioses mas que tu mismo. En este mundo donde los humanos al fin abrimos los ojos, se econtraba el porque de nuestra existencia. Y que tal si ya estamos viviendo en el, pero somos tan cerrados que por muy abiertos que esten nuestros ojos, estamos tan ciegos como siempre. Quiza, aceptando que este mundo puede existir, aparecerá frente a nosotros.
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