Siempre que puedo viajar, trato de evitar un poco la comida del resort, que generalmente sirve comida internacional. Trato más bien de buscar los sabores locales, lo típico para después comparar con lo más tradicional.
En Westpunt, donde queda el Kura Hullanda Lodge donde me hospedo, hay un restaurant que se llama Juanchis. Me enteré de su existencia por una camarera llamada Vanessa quien nos lo recomendó. Ordenamos lo tipico: De entrada, una sopa de mariscos, que mas bien parecia sopa de pescado, diferente a la que comemos en Venezuela que generalmente le es añadido tomate de alguna forma cambiando su color.
Pedimos un poco de Iguana para probar a ver que tal. Yo se en la Cañada, Edo. Zulia la comen pero jamas la habia probado. La preparan en forma de guiso. La cola es donde hay mas carne y menos huesitos, el sabor no me mató, realmente no le note nada especial, mas bien predominaba el condimento al sabor natural de la carne.
El plato principal, Dorado en vegetales salteados con una base de tomate, diferente quizá a como nos comemos el dorado en Venezuela, no se si en algunas partes se come tipo guiso también pero estaba bien rico. Papas fritas, arroz con frijoles tipo moros y cristianos, estaba de verdad muy bueno. Acompañado con camarones al ajillo y al limón que era en realidad a lo que sabían.
En la noche comimos en el restaurant del Kura Hullanda. Yo pedí una ensalada de cangrejo (Lump Crab) estaba excepcional, con cahmpiñones marinados, pimentones morrones, tostadas y una ensalada de hojas frescas que le daba el toque amargo al plato. Divinisimo.
Tempura de Camarones y Vegetales. No muy bueno, el tempura estaba salado y en conjunto con la salsa (soya tambien salada) se hacia casi incomible. Muy bonita presentación pero el dulce de la carne de los camarones se diluyo en lo salado de la preparación.
El plato principal, de verdad una delicia. Lastima que no recuerde de que era salsa, era dulce y iba perfecta con las vieiras, que estaba cocidas en su punto, levemente por arriba y por debajo y casi cruditas en el centro, se deshacian en la boca. El arroz azafranado en su punto y los vegetales al vapor en su punto, crujientes y sasonados perfectamente. Este plato estuvo excelente de verdad.
Todos los platos los acompañe con una Amstel Bright excepto las vieras que las tome con un Sauvignon Blanc, por recomendación del Chef, asi que le hice caso. Delicioso.
Es rico salir de la rutina de todo punto de vista, incluso cambiar de sazón y refrescar el paladar con sabores, texturas y aromas nuevos. Sigo redescubriendo Curazao por aqui.