lunes, 6 de diciembre de 2010

Twitter: La Competencia.




Entre al Twitter en el 2007. Entré por curiosidad, mas que cualquier otra cosa, y por supuesto la incansable necesidad de expresar, opiniones y sentimientos. 4 años después es parte integral de cómo me comunico con el mundo. Allí he conseguido negocios, personal, buenos amigos y por supuesto uno que otro enemigo. Y es que Twitter cada vez se parece al mundo real. Es una tertulia eterna donde hay millones de comentarios. Con algunos estarás de acuerdo, con otros quizá no.
Y empieza a generarse una dinámica de grupos, tal cual como en la vida real. Empezamos a catalogarnos, a clasificarnos, a ponernos un valor. @fulatino es más que @sutanito o este es del #teambonito pero ni de broma del #teamhermoso. Cometemos el mismo error que cometemos en la vida 1.0; creamos juicios de valor.
Los juicios de valor, no son más que la percepción que tiene una persona sobre otra, basada en sus creencia, experiencia, opiniones, etc. Pasamos a las personas por una especie de filtros y después la clasificamos y catalogamos.
Aquí entra en juego, el sentido de pertenencia que no es mas que el arraigo a algo que se considera importante, como las personas, cosas, grupos, organizaciones o instituciones, que contribuye a alejar o atenuar la soledad. En resumen, necesitamos ser aceptados, o más bien, “pertenecer” a algo y ser reconocidos como parte de ese “algo”. Despues, empieza lo que es para mi, el comportamiento humano más absurdo de todos. El querer ser o parecer, mas que los demás: La Competencia.
Twitter es mi sitio de drenar, no de competir. Es el sitio donde no se ven las apariencias, si no más bien la esencia. Por mucho que intentes esconderlo, tu TimeLine refleja exactamente quien eres y como eres. Y te encuentras con personas maravillosas y unas pues, no tanto así.
Cabe aquí una palabra de advertencia: No todo lo que se lee en Twitter debe ser tomado en serio. Pero sin duda TODO lo que se escribe, refleja quienes somos, en nuestros momentos de alegría, pero también en nuestras horas más oscuras.
En mi opinión, lejos de convertirse en una lucha de egos, Twitter debería ser nuestra primera aproximación al sentimiento de la unidad, del uno (oneness) y hacernos funcionar como un solo organismo en pro de la felicidad de todos. Dificil? Quiza. Pero no imposible.

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